Esta historia ocurre en Londres, en 1930. Un hombre, Wakefield, se despide de su esposa diciendo que debe ausentarse unos días de la ciudad y que regresará el fin de semana.
La ausencia dura veinte años.
Pero Wakefield no ha salido de Londres, sino que se ha alquilado un pequeño apartamento a solo dos calles de su antiguo hogar. Ha decidido, se dice a sí mismo, emprender una nueva vida, ser otro.
En realidad en todos esos años no cumple con tal propósito sino que se dedica a espiar a su esposa y a seguir, día tras día, las peripecias que ocurren en su antiguo hogar. Así, la enfermedad de ella, la aparición, al cabo de unos años, de un supuesto amante, los encuentros deliberados con ella bajo distintos disfraces, son los escasos sucesos que alivian la mediocridad de la nueva vida que Wakefield se ha autoimpuesto.
¿Por qué? Esa es la pregunta que sobrevuela constantemente y a la que el propio protagonista no consigue dar una respuesta.
Hasta que una tarde, una tarde igual a otras tardes, a las miles de tardes anteriores, Wakefield toma una decisión. Cruza la calle y sube las escaleras de su antiguo hogar
Dramaturgia: David Amitin
Actúan: Stefanía Koessl, José María López, Daniel Toppino
Vestuario: Marcelo Valiente
Escenografía: Marcelo Valiente
Peinados: Silvia Zavaglia
Diseño de maquillaje: Silvia Zavaglia
Diseño de luces: Leandra Rodríguez
Música: Eduardo Felenbok
Operación técnica: J. Sebastián Benitez
Fotografía: Sofía Montecchiari
Asistencia de vestuario: Maite Mallaviabarrena
Asistencia De Producción Ejecutiva: Cynthia Ron
Prensa: Paula Simkin
Producción general: Ricardo Sassone
Coordinación general: Ricardo Sassone
Dirección: David Amitin